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Como escribiría Agamenón

         La civilización micénica surge a finales de la Edad de Bronce, allá por el año 1600 a.C. y cae con la Guerra de Troya en torno al 1200 a. C. y, aunque no fue la primera civilización de Grecia, sí que fue la primera que escribió en lengua griega. Se llamó así por ser la ciudad de Micenas el primer sitio arqueológico en el que se encontraron los primeros restos de esta cultura, aunque hubo otras, como Pilos, Tirinto, Argos, Orcómenos, Tebas, Atenas, Yolcos o Troya.




 


Las sociedades micénicas estuvieron divididas en dos grupos de hombres libres: la corte del rey, el ánax, encargada de la administración del palacio y el pueblo, dedicado a la artesanía, a la navegación y al comercio. Además, había campesinos y esclavos. Sabemos también que, al contario que la minoica, fue una civilización bastante bélica ya que la arqueología ha sacado a la luz muchísimo material de guerra, la cerámica representa numerosas escenas militares y la literatura griega nos habla de enfrentamientos épicos que aún hoy recordamos, como la Guerra de Troya.

 En cambio, durante siglos, desconocimos su lengua y su sistema de escritura.




 

 


 

 

Fue en el año 1900 cuando un arqueólogo llamado Arthur Evans descubrió en Creta una gran cantidad de tablillas de arcilla con un sistema de escritura desconocido al que llamó Lineal B. Unos años después, en 1939, se descubrió en Pilos en un palacio de época micénica cientos de tablillas con el mismo sistema de escritura y hasta 1952 no fueron descifradas.

Gracia a esto, sabemos que la civilización micénica hablaba griego y desarrolló, un sistema de escritura formado por 150 ideogramas, o sea, signos que representan objetos: el hombre, la mujer, la oveja, … y 87 silabogramas, signos que representan sílabas.








Estos documentos se escribieron en tablillas de arcilla rectangulares o cuadradas con un punzón. Su escritura era horizontal, de izquierda a derecha, se almacenaban en canastas y tenían una validez de un año.

Los encargados de esta labor fueron los escribas, funcionarios que tenían como único trabajo escribir en las tablillas.

Se recogían textos administrativos, religiosos, encuentros comerciales, sacrificios, ofrendas religiosas, las prestaciones de trabajo por parte de siervos, el valor de los depósitos en los almacenes, las ofrendas de los sacrificios y las distribuciones hechas en nombre del soberano a santuarios y a su personal, a dignatarios y a subalternos, etc.