Una villa es una granja de explotación
agropecuaria, es decir, un espacio destinado a la cría de animales, al cultivo
de productos del campo y, en los casos de villas en la costa, a la producción
de pescados y sus derivados. Pero las villas, además de esta tarea económica,
fueron los lugares donde las élites romanas se entregaron al culto al cuerpo y
a las tertulias poéticas y filosóficas.
¿Queréis saber más sobre las villas romanas en la
Hispania del Bajo Imperio? Nosotros os lo contamos.