Con la aparición de la escritura en
Mesopotamia sobre el 3500 a. C., surgen gran cantidad de soportes sobre los que
plasmar textos escritos: el papiro y el pergamino son los más conocidos, pero
hubo muchos otros.
En Roma, desde el S. I a. C. se
contaba con un abecedario muy similar al actual y se desarrollaron distintas
variantes y estilos tipográficos, usadas según el soporte sobre el que se
escribiera.
Por esto, la escritura romana marca
el inicio de la escritura del mundo actual.
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